¿QUÉ SUCEDE EN CHERNOBYL? ¿HAY PELIGRO DE UNA NUEVA EXPLOSIÓN?

¿QUÉ SUCEDE EN CHERNOBYL? ¿HAY PELIGRO DE UNA NUEVA EXPLOSIÓN?

Recientemente el Instituto para los problemas de seguridad de las centrales nucleares (ISPNPP) de Kiev, que se ocupa de monitorear la situación de la central nuclear de Chernobyl a 35 años de la explosión, observó un aumento de las reacciones de fisión nuclear en la central. 

Sin embargo los expertos aseguran que aquello que podría suceder en caso que el número de reacciones de fisión nuclear aumente  sería una pequeña explosión, la cual sería contenida por el "New Safe Confinement” (NSC), el gran sarcófago que, desde el 2016, cubre el reactor nuclear que provocó el desastre de 1986. El principal daño que provocaría un nuevo incidente sería el esparcimiento de polvo reactivo dentro de la estructura que complicaría el proceso de desmantelamiento de la central que desde hace un tiempo se está llevando a cabo. De todos modos los científicos ucranianos tienen algunos años para evitar esta posibilidad, siempre que el aumento de las reacciones de fisión no se detenga por sí solo.

El por qué fue explicado en un un artículo de la revista Science escrito por Richard Stone el 5 de mayo luego de una entrevista con algunos expertos del  ISPNPP y con Neil Hyatt, químico experto en materiales radiactivos de la Universidad de Sheffield, que describió las reacciones de fisión en curso como "las brasas que quedan después de una barbacoa". 

Cabe detallar que lo que midió el ISPNPP es un aumento en la cantidad de neutrones provenientes de un área inaccesible de la planta, sala 305/2, en la que hay toneladas de escombros mezclados con el combustible nuclear que se derritió en 1986: la cantidad de neutrones provenientes de la habitación casi se duplicó en el transcurso de cuatro años.

Los neutrones son las partículas que inician las reacciones de fisión nuclear y que a la vez son producidas por estas, las famosas reacciones en cadena: por esta razón un aumento de ellas según el ISPNPP, indica un aumento de las reacciones todavía en curso en el uranio presente en la central. 

​​​​​Representación esquemática de la fisión de un átomo de uranio-235. Las partículas señaladas con la "no" son neutrones. 

 

No se sabe con exactitud que causó este fenómeno pero es probable que esté relacionado con el agua de lluvia,  o mejor dicho, con su ausencia. 

En 1987 sobre el reactor 4, aquel en el que se produjo la fusión del núcleo, fue construida una estructura de contención, el primer "sarcófago" de hormigón y acero: esta estructura, diseñada para resistir 30 años, dejó penetrar el agua de lluvia en el interior de los restos del reactor. El agua ralentiza  los neutrones y hace más probable que golpeen y dividan los núcleos de uranio. Luego de abundantes lluvias aumentó el número de neutrones detectados alrededor del primer sarcófago. 

En los años siguientes, para contrastar el efecto de la lluvia, sobre el techo del primer sarcófago instalaron los difusores de nitrato de gadolinio, una sustancia que absorbe los neutrones, pero que no podía penetrar en los espacios más subterráneos de la central,. Donde se encuentra la mayor parte del combustible derretido. 

Desde cuando el primer sarcófago fue cubierto con el NSC en 2016, que es un medio cilindro de acero doble, tan alto como un edificio de 30 pisos y largo como un estadio de fútbol, lo que resta del resta del reactor 4 ya no es alcanzado por la lluvia. Desde entonces en la mayor parte de la estructura la cantidad de neutrones detectados ha disminuido.Con excepción de algunos puntos entre los cuales está la zona cercana a la habitación 305/2. La hipótesis del ISPNPP es que de alguna manera la disminución de la cantidad de agua hizo que los neutrones rebotaran más dentro del material radiactivo. "Aún no está claro por qué mecanismo", explicó Neil Hyatt a Richard Stone de Science. 

Si las reacciones de fisión aumentaran exponencialmente, podría ocurrir una liberación incontrolada de energía que primero herviría el agua que queda alrededor del combustible fundido y luego causaría una explosión. 

Evitarlo no es fácil, porque los niveles de radiación en la habitación 305/2 y a su alrededor son demasiado altos para permitir la instalación de sensores que podrían mantener las reacciones bajo un mayor control. Tampoco se puede utilizar nitrato de gadolinio, porque los restos del núcleo del reactor se han cubierto con hormigón. Una posible solución considerada por el ISPNPP es utilizar robots que puedan resistir la radiación el tiempo suficiente para perforar los escombros mezclados con el combustible nuclear e insertar cilindros de boro en ellos, de modo que absorban los neutrones.

Estas y otras posibles operaciones son sólo una parte de la mantención actual y futura de la central de Chernobyl, ya que más adelante a Ucrania le gustaría eliminar el combustible nuclear y los escombros con los que se derritió y trasladarlo a depósitos geológicos como los que tiene planeado construir en varias partes del mundo para albergar los desechos nucleares a largo plazo. Si bien en septiembre de este año se debe presentar un plan sobre cómo proceder,  llevará años hacerlo realidad.