ISRAEL MATA AL PRIMER MINISTRO HUTÍ DE YEMEN Y LOS REBELDES PROMETEN VENGANZA

Ahmed al-Rahawi, primer ministro del gobierno hutí en Yemen, murió en un ataque israelí en Saná. Los hutíes advierten represalias y crece la tensión en Medio Oriente.

Israel mató al primer ministro hutí de Yemen y los rebeldes prometen venganza

El Ejército de Israel confirmó la muerte de Ahmed al-Rahawi, primer ministro del gobierno hutí en Yemen, durante un ataque aéreo en la capital Saná. La ofensiva, ejecutada la semana pasada, tuvo como objetivo una instalación donde se encontraban altos cargos del movimiento hutí, respaldado por Irán.

A través de su cuenta oficial en X, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) indicaron: “Atacamos una instalación que albergaba a decenas de altos cargos del régimen terrorista hutí”, y advirtieron que estas operaciones continuarán “para eliminar cualquier amenaza contra los civiles israelíes”, en línea con sus acciones en la Franja de Gaza.

Al-Rahawi ocupaba el cargo de primer ministro desde agosto de 2024 y su muerte representa un duro golpe para el liderazgo rebelde. Aunque no era parte del círculo más cercano de Abdul Malik al-Houthi, contaba con influencia política significativa dentro del gobierno insurgente. Aliado del expresidente Ali Abdullah Saleh, había consolidado su posición tras la toma de Saná en 2014, evento que marcó el inicio de una guerra civil prolongada y de una crisis humanitaria en Yemen.

Tras el ataque, los hutíes prometieron responder con violencia. Mehdi al Machat, jefe del Consejo Político Supremo hutí, declaró en Telegram: “Prometemos a Dios, al querido pueblo yemení y a las familias de los mártires y heridos que nos vengaremos”. La amenaza indica una posible escalada del conflicto en los próximos días, que ya incluye lanzamientos de misiles y drones contra Israel.

El ataque y la respuesta de los rebeldes se enmarcan dentro del denominado “Eje de la Resistencia”, alianza informal que integra a Hamás, Hezbollah y milicias iraquíes bajo influencia iraní. La muerte de Al-Rahawi marca un nuevo punto de inflexión en un conflicto que sigue extendiéndose más allá de Gaza y profundizando la tensión regional.