ARGENTINA PERDIÓ 16.000 KIOSCOS EN UN AÑO Y QUEDAN MENOS DE 100.000 ACTIVOS

ARGENTINA PERDIÓ 16.000 KIOSCOS EN UN AÑO Y QUEDAN MENOS DE 100.000 ACTIVOS

La Unión de Kiosqueros alertó sobre la caída del sector por recesión, competencia informal y falta de regulación. Impacta en empleo y comercio barrial.

En los últimos 12 meses, Argentina perdió 16.000 kioscos, lo que deja al país con menos de 100.000 establecimientos activos por primera vez, informó Ernesto Acuña, vicepresidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA). Este cierre masivo refleja una crisis profunda que afecta a un sector clave del comercio informal y a un símbolo cultural de los barrios argentinos.

Acuña destacó que la recesión económica que atraviesa el país es la principal causa detrás del cierre de estos negocios. A esta realidad se suman otros factores como la proliferación de cadenas de kioscos no reguladas y la competencia desleal de otros comercios, como farmacias, supermercados chinos o verdulerías que ahora venden productos tradicionalmente exclusivos de los kioscos.

Un relevamiento conjunto con la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) mostró que la cantidad de kioscos activos cayó de 112.000 a 96.000, lo que representa una caída del 14% en solo un año. Esta tendencia negativa impacta no solo en la cantidad de locales, sino también en las ventas y la rentabilidad del sector.

Según UKRA, las ventas disminuyeron un 40% en los últimos dos años, con una caída del 30% al 35% en bebidas durante la última temporada de verano. Los costos operativos elevados, que incluyen alquileres, salarios e impuestos, dificultan aún más la viabilidad de estos comercios.

Acuña señaló que la situación se agrava durante los años electorales, con aumentos de precios y volatilidad cambiaria que golpean el consumo. “Esté quien esté en el poder, siempre hay especulación, el dólar se dispara y los precios suben”, afirmó.

La crisis de los kioscos afecta directamente al empleo, al comercio barrial y a las economías familiares que dependen de estos negocios, poniendo en riesgo un sector tradicional y cercano a la comunidad argentina.