REPUDIO EN SAN JUAN POR UNA PUBLICIDAD QUE SIMULA EL SECUESTRO Y ASESINATO DE UNA MUJER

Un boliche sanjuanino difundió un video de Halloween donde recrean el secuestro y ejecución de una joven. Colectivos feministas denunciaron violencia simbólica.
Repudio por una publicidad en San Juan: promocionan una fiesta con el “secuestro” de una mujer
Un boliche sanjuanino generó un fuerte repudio social tras difundir un violento video publicitario donde se simula el secuestro y posterior ejecución de una mujer como parte de la promoción de su fiesta de Halloween. La pieza audiovisual, difundida por el boliche Quattro, despertó la indignación de organizaciones feministas, sectores sociales y usuarios en redes, que denunciaron un acto de violencia simbólica utilizado como entretenimiento.
El material comienza con una camioneta frenando bruscamente, de la cual descienden hombres enmascarados que interceptan a una joven que sale de su casa. La obligan a subir al vehículo, le colocan una bolsa negra en la cabeza mientras grita: “¿A dónde me llevan?”. La escena siguiente transcurre en un depósito: la mujer aparece atada, rodeada por sus captores, y frente a una cámara anuncia —con evidente miedo—: “Este 24 de octubre es la fiesta más grande de Halloween… ¿Dónde? En Quattro de verano”. El video finaliza con la imagen de un arma y un agresor a punto de disparar.
A pesar de la polémica, el local no retiró el video de su cuenta oficial de Instagram (@quattrocluboficial), donde continúa acompañado por un flyer y un enlace para comprar entradas. Posteriormente emitieron un comunicado de disculpas, aunque sin eliminar el contenido.
En un contexto donde, según el Observatorio Nacional MuMaLá, ya se registran 196 femicidios en 2025 —uno cada 35 horas—, y 11 solo en octubre, el uso de una narrativa de secuestro y ejecución como “recurso creativo” generó profundo rechazo. Diversos especialistas remarcaron que este tipo de mensajes reproducen violencia simbólica y refuerzan una pedagogía cultural que trivializa el cuerpo y la vida de las mujeres.
Casos similares en redes sociales refuerzan esta tendencia. En Entre Ríos y Córdoba, videos virales mostraron simulaciones de asesinatos o desapariciones de mujeres como parte de campañas humorísticas de estaciones de servicio, con escenas de bolsas de consorcio y arrastre de cuerpos usadas como “chiste”.
El caso de Quattro en San Juan responde a la misma lógica: la violencia contra las mujeres convertida en recurso estético y viralizable. Como señalaron especialistas en comunicación, el objetivo no es solo el impacto visual, sino capitalizar el escándalo como forma de promoción.
En un entorno digital donde los algoritmos premian el alcance y la conversación inmediata, las disculpas resultan insuficientes si el contenido sigue visible. La violencia simbólica, aun presentada como humor o marketing extremo, mantiene efectos reales: normaliza el maltrato y lo reinstala como entretenimiento.
En definitiva, la crítica central apunta a la responsabilidad de las marcas y productores de contenido en no reproducir discursos que banalicen la violencia. La viralidad no puede ser excusa para lucrar con imágenes que remiten a femicidios, una problemática que atraviesa al país con cifras alarmantes.
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