EL DÍA QUE QUISE HACERME UN HISOPADO EN TUCUMÁN
Hace unos días había perdido la voz, pero como el día anterior había gritado goles, se lo adjudique a eso. De todos modos siempre ando con mi barbijo y máscara o barbijo solo, uso alcohol en gel, desinfecto todo. Esta mañana, a media mañana, comencé a perder el olfato. Lo primero que hice fue ir a que me atiendan...
En la clínica a la que fui no podían admitirme porque en ese momento no había box de aislamiento libre, me hicieron volver en una hora y seguía sin estar libre. Decidí irme al hospital Padilla. Llegué alrededor de las 12 allí. Esperé pacientemente en una cola que no avanzaba, esperé que alguien pudiera decirnos algo, darnos alguna explicación, indicarnos cómo era el procedimiento, pero nadie aparecía, sólo seguíamos esperando. Detrás mío tenía un señor que no podía sostenerse, se apoyó sobre la pared, se sentó en el piso y luego en la escalinata de la calle Rioja cuando hubo gente que cansada de esperar se fue. El chico que estaba adelante mío me dijo que daban números, que en teoría comenzaban a las 14 horas. Ya eran las 13.30 y el señor que estaba detrás mío estaba dormido contra la pared. No podía sostenerse verdaderamente, se lo veía agotado. Cerca de las 14 salió alguien dijo algo que no pudimos escuchar a la distancia y empezó a llamar por números. Algunos resolvimos irnos al ver que la cola no avanzaba.
Nos dirigimos al Hospital Nestor Kirchner, donde al llegar nos encontramos con una cola enorme. Nuevamente esperamos. Cerca de las 16 horas salió una médica que nos manifestó que podían atendernos o no, que la atención era hasta las 20 horas. Una parte de los presentes se fue y nos quedamos unos 15. Vuelvo a repetir eran las cuatro de la tarde.
Bajo el sol continuamos la espera. Un rato después la misma doctora preguntó si había alguna mujer embarazada o mayor de 60 años.
La espera se hacía cada vez más difícil, pero ahí estábamos. A eso de las 17, faltando tres horas para que finalice la atención, no dejaron entrar más gente. Las sillas estaban desocupadas pero no nos permitían ingresar. Yo estaba quinta en ese momento.
Una señora que es maestra con alumnos a cargo y que estaba desde las 14:30 esperando, le preguntó si podían llegar a hisoparnos al guardia de seguridad el cual le contestó en tono burlesco que había que seguir esperando pero que era probable que no. Eran 17.10. La atención finalizaba a las 20. Las sillas delanteras estaban vacías.
Alrededor de las 18 horas ingresaron tres personas, primero dos, luego una, las cuales no estaban en la fila en que estábamos nosotros.
Volvimos a preguntar y no nos dieron explicaciones. Siempre la forma de dirigirse a quienes esperábamos por parte de los agentes de seguridad fue irrespetuosa. Me pregunto dónde están la empatía y la humanidad considerando que ninguno de nosotros estaba parado al rayo del sol por gusto, sino porque asumimos la responsabilidad de hacernos un hisopado para cuidarnos y cuidar a los demás.
En mi caso vivo dentro de las 4 avenidas, había una señora que vino del interior a hacerse el hisopado, un chico que perdió su día laboral para hisoparse, otra chica que estaba desde las 13, una señora que tenía gran parte de sus compañeros de trabajo infectados...siempre se nos pide responsabilidad, empatía, cumplimiento de las medidas de prevención, etc, etc, etc.
Particularmente aplaudo la campaña de vacunación, las campañas de prevención que nos indican como cuidarnos, estoy orgullosa de que en mi país se produzca un kit que sea barato y que permita determinar si tenemos coronavirus... pero me desmoraliza que tengamos que esperar horas para hacernos un hisopado o volver al otro día, porque eso fue lo que pasó.
A las 18.25 una doctora que no nos informó su nombre y que tampoco nos permitió firmarla nos manifestó que no se hacían más hisopados, 18.30 , una hora antes de que finalice el horario de atención nos cerraron la puerta.
Minutos antes algunas personas que estaban más alejadas en la fila vinieron a preguntar qué pasaba.
Mañana seguiré intentando. Me da muchísima tristeza que una persona con fiebre, que una persona mayor, porque después de 16 nadie más salió a preguntar si había personas mayores o embarazadas, tengan que estar horas apostadas fuera de un nosocomio y quizá como nos pasó a varios hoy, nunca sean hisopados.
Confío en que quienes se ocupan de regular estas cosas lo hagan y puedan construir desde lo que está hecho. Confío en que podamos mejorar y valorar las pequeñas acciones de cada uno, que cuando alguien tenga la responsabilidad de ir a hacerse una PCR, de asistir a un hospital sea tratado con amabilidad, pueda hacerse el estudio.
Valoro muchísimo la labor del personal de salud, sé lo que hacen por todos nosotros cada día y que en esta pandemia se han cargado bajo sus hombros la enorme tarea de luchar por nosotros. Deseo realmente que podamos acompañarlos en esa labor, darle las herramientas, lo mismo que a cada habitante de esta bellísima provincia.
Elijo cuidarme y cuidarlos. Porque Tucumán fue y es el lugar que elegí para vivir. Ojalá mañana mi nota sea para contarles la hermosa experiencia de haberme hisopado sin sufrir este tipo de inconvenientes.
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