A 40 AÑOS DEL ACCIDENTE DE THREE MILE ISLAND, EL ANTECEDENTE NORTEAMERICANO DE CHERNOBYL
Fue el incidente nuclear más grave en la historia comercial norteamericano.
El mundo era un lugar muy distinto en marzo de 1979. La Unión Soviética estaba en medio de un conflicto en Afganistán, Jimmy Carter era presidente de Estados Unidos, la canción I Will Survive, de Gloria Gaynor era un éxito, y la película El síndrome de China, con Jane Fonda y Michael Douglas estaba dándose en los cines. Fue en medio de ese contexto que la industria nuclear, que hasta ese momento crecía a pasos agigantados, se encontraría con su primer gran traspié, tal vez el más importante.
Antes de los accidente nucleares de Chernobyl y Fukushima, existió el de Three Mile Island, el más importante en la historia de los Estados Unidos. Si bien los dos primeros fueron más severos (una calificación de 7 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares, las más alta posible), el incidente de Three Mile Island fue considerado de graduación 5, un "accidente con consecuencias de mayor alcance". Esto se refiere a la liberación de material radioactivo, y la potencial exposición pública que esto genera.
La planta nuclear Three Mile Island (La isla de las tres millas), ubicada en las afueras de la ciudad de Harrisburg, Pensilvania, es una instalación de reactor de agua a presión compuesta por dos unidades, TMI-1 y TMI-2. Ambos empezaron a construirse a fines de los 60, y la unidad 1 empezó a operar en 1974, mientras que la 2 comenzó a funcionar en 1978. El accidente que marcaría un antes y un después en la historia de la industria nuclear en Estados Unidos comenzó en la madrugada del 28 de marzo de 1979 en el TMI-2.
El accidente se originó en una pequeña falla (al día de hoy, no se ha podido identificar fehacientemente cuál fue) en el sistema de refrigeración de la unidad, el cual causó que la temperatura dentro del reactor empezara a subir. Debido a esta alza, tanto la turbina como el reactor se apagaron de forma automática. Esto hizo que se abriera una válvula de descarga, la cual debía liberar presión excesiva y cerrarse tras diez segundos. Esta válvula no se cerró pasado ese lapso, y debido a un error en la interfaz de los ingenieros, los responsables de la planta no se dieron cuenta de esto hasta que ya era demasiado tarde. Al no cerrarse a tiempo, se produjo un derretimiento del núcleo y se liberaron gases radioactivos al ambiente.
Hay que agregar que todo esto ocurrió mientras la TMI-1 estaba parada debido a reparaciones, un hecho que según comprobó la investigación posterior fue crucial para evitar un accidente de consecuencias más graves.
El problema de la válvula de descarga no fue identificado hasta el cambio de turno de los operarios, a las 6 de la mañana. Los ingenieros buscaron accionar una segunda válvula para contrarrestar el problema, pero la situación ya no podía ser corregida. Casi tres horas después de producida la falla original, la alarma de detección de radiación se activó: los niveles en el agua eran casi 300 veces superior a lo permitido.
Cerca de las siete de la mañana, se comenzó a informar del accidente a las autoridades, y a las 7.24 de la mañana se declaró la emergencia. En un primer momento, se informó que la situación estaba bajo control, con el correr de las horas fueron ejecutando evacuaciones en la zona inmediata alrededor de la planta. Se recomendó que niños y mujeres embarazadas en un radio de casi 8 kilómetros abandonen el área por precaución, y en total 140 mil personas dejaron una zona de cerca de 30 kilómetros en torno a la planta. El 98% regresó al cabo de tres semanas. No hubo víctimas fatales.
Estudios comisionados tras el accidente concluyeron que no se registraron efectos notorios y perdurables en la población que vivía en las inmediaciones de la planta. Estos hallazgos han sido cuestionados por diversas organizaciones, entre ellas Greenpeace.
La limpieza del TMI-2 comenzó en agosto de 1979, y finalizó en 1993, a un costo total de cerca de mil millones de dólares. Si bien nunca volvió a operar, tampoco fue clausurada, una obra que se hará recién en 2036. La TMI-1 siguió operando, pero recientemente se informó que dejará de funcionar en septiembre de 2019.
REPERCUSIONES
Si bien hubo problemas mecánicos y eléctricos que excedían a lo que los operarios podían manejar, hubo errores humanos que agravaron la situación. Desde las discrepancias en cuanto a cómo interpretar los indicadores de las válvulas, hasta la información contradictoria respecto a la evacuación, la investigación posterior enfatizó que había que mejorar las formas en que se lidiaba con un evento de estas características.
La tragedia de Chernobyl es señalado como el punto de inflexión en torno a la toma de conciencia mundial respecto a los peligros de las plantas nucleares, pero el accidente de Three Mile Island fue el puntapié inicial de ese movimiento en EE.UU.. Greenpeace empezó a alertar sobre los riesgos de cáncer para personas que vivían cerca de una planta nuclear, y las propuestas de obras de plantas nucleares se desaceleraron de forma notoria en Estados Unidos.
Entre 1963 y 1979, la cantidad de plantas construyéndose en EE.UU. creció en todos los años menos en dos, mientras que entre 1980 y 1988, ese número empezó gradualmente a descender.
Comentarios (0)
Comentarios de Facebook (0)