EE.UU. Y LA UNIÓN EUROPEA SELLARON UN ACUERDO COMERCIAL CLAVE EN ESCOCIA

EE.UU. Y LA UNIÓN EUROPEA SELLARON UN ACUERDO COMERCIAL CLAVE EN ESCOCIA

Trump y von der Leyen firmaron un pacto que suspende aranceles y evita una crisis comercial. Se realizó en Turnberry, antes de la fecha límite del 1° de agosto.

 

EE.UU. y la Unión Europea sellaron un acuerdo comercial en Escocia
El presidente Donald Trump y la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, firmaron un pacto que frena la escalada de aranceles entre ambos bloques.

En una reunión clave celebrada este domingo en el complejo de golf de Turnberry, en Escocia, Estados Unidos y la Unión Europea lograron alcanzar un acuerdo comercial que pone fin a las crecientes tensiones arancelarias que amenazaban con derivar en una guerra comercial entre ambos bloques.

El presidente norteamericano, Donald Trump, confirmó el entendimiento con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a quien recibió para sellar los detalles finales del pacto.
Hemos llegado a un acuerdo. Es un buen acuerdo para todos”, declaró Trump. Por su parte, von der Leyen coincidió en que “es un buen acuerdo”, en declaraciones breves a la prensa.

El anuncio se conoció apenas días antes del 1° de agosto, fecha límite fijada por la administración estadounidense para imponer aranceles del 30% a productos europeos si no se lograba un entendimiento. Aunque los detalles técnicos del acuerdo no fueron difundidos, el gesto de ambas partes fue interpretado como un alivio para los mercados internacionales.

 

Aranceles suspendidos, pero con condiciones

Durante las negociaciones, Estados Unidos había aplicado un arancel provisional del 10% a las exportaciones europeas, como parte de una estrategia de presión. Según trascendió, el nuevo acuerdo contempla un piso del 15% en los aranceles para algunos productos europeos, lo que representa un punto intermedio frente a los valores originales planteados por Washington.

Uno de los puntos clave del acuerdo es la exclusión de los productos farmacéuticos, una decisión estratégica impulsada por la Casa Blanca. “Tenemos que fabricarlos en Estados Unidos”, remarcó Trump, reafirmando su política de soberanía industrial en sectores sensibles.

La portavoz presidencial, Karoline Leavitt, agregó que el objetivo es “lograr los mejores acuerdos para el pueblo y el trabajador estadounidense”, destacando que este pacto con Bruselas se inscribe dentro de una política de acuerdos bilaterales prioritaria para Washington.

Nuevas presiones sobre otros países

En paralelo, el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, confirmó que el 1° de agosto sigue siendo la fecha inamovible para la implementación de nuevos aranceles a decenas de países que no lograron acuerdos con EE.UU.

No habrá prórrogas ni más períodos de gracia. Las aduanas empezarán a recaudar desde ese día”, afirmó Lutnick en una entrevista televisiva.

A partir de esa fecha, productos importados desde países como Brasil, México, Canadá, Japón, Corea del Sur, Camboya y Bangladesh estarán sujetos a tarifas de entre el 25% y el 50%, dependiendo del sector y el origen de los bienes. En contraste, algunos países como Reino Unido, Vietnam, Indonesia y Filipinas lograron acuerdos para evitar o reducir el impacto.

Aunque el acuerdo con la Unión Europea representa una señal de distensión, desde la administración estadounidense dejaron en claro que no se descartan nuevas negociaciones con otras naciones, en busca de reordenar el comercio exterior bajo términos más favorables para los intereses de EE.UU.