TIROTEO EN UN CENTRO COMERCIAL DE EE.UU.: HAY "AL MENOS 20 MUERTOS"

TIROTEO EN UN CENTRO COMERCIAL DE EE.UU.: HAY "AL MENOS 20 MUERTOS"

Ocurrió en El Paso, Texas. El fiscal adjunto del Estado dio un estimado de la cantidad víctimas. El presidente Trump calificó el hecho de "terrible" y reconoció que los "informes son muy malos".

Era una mañana soleada en El Paso, Texas, en la frontera de Estados Unidos con México, y el supermercado Walmart estaba en su hora pico, con miles de clientes apurados por llenar su carrito antes del almuerzo. De pronto se desató el caos: un tirador con un rifle comenzó a disparar desde el mismo estacionamiento del super y luego adentro del local.

La masacre dejó 20 muertos y 26 heridos, entre ellos un bebe de 4 meses, dijo la policía. Un joven de solo 21 años fue detenido.

A las 11 de la mañana, hora local, la policía informó que había un tirador o más en el Cielo Vista Mall en El Paso, donde están ubicados un supermercado Walmart y algunos restaurantes, y pidió a la gente que huyera del lugar.

Un testigo que estaba por ingresar al supermercado dijo que escuchó unas 10 rondas de disparos. Afirmó, además, que vio a una mujer de avanzada edad que fue alcanzada por las balas.

Venessa Saenz, una vecina de 37 años que iba al supermercado a comprar comestibles, estaba dejando su coche junto a su madre y su hijo cuando escuchó ruidos “que parecían fuegos artificiales”.

Contó que vio a un hombre que parecía que estaba “volando” por el aire y luego cayó bañado en sangre. Allí se dio cuenta de que el fuego era real. “Mi mamá gritaba que escapáramos, pero había gente corriendo por todo el estacionamiento”, dijo Saenz a The Washington Post.

La testigo pudo describir al atacante: dijo que vestía un pantalón oscuro, una remera negra y unas orejeras aparentemente destinadas a amortiguar el ruido de las balas.

Por la noche las autoridades encabezadas por el gobernador informaron que el saldo de la masacre fue 20 muertos y 26 heridos, muchos de ellos en grave estado porque el asesino apunto a la cabeza y el pecho de la víctimas.

El vocero policial Robert Gomez fue el primero en informar que había detenido a un hombre que no se resistió. Fue identificado como Patrick Crusius, un joven blanco de 21 años.

Se investiga si tiene una conexión con un manifiesto antiinmigrante que circulaba en las redes. El Paso, que linda con la mexicana Ciudad Juárez, es un importante centro de inmigración.

Según trascendió, la policía sospecha que es admirador de sectores supremacistas blancos. 

Gomez dijo que la mayoría de las víctimas eran clientes de Walmart, que en ese momento estaba colmado (entre 1000 y 3000 clientes más 100 empleados, dijo) porque, a un mes de empezar las clases, la gente ya comienza a comprar los útiles escolares.

A pesar de que el número de víctimas fue trascendiendo con el correr de las horas, desde temprano se supo que la situación era grave. El propio presidente Donald Trump siguió de cerca los acontecimientos en El Paso y tuiteó que la matanza era “terrible” y que los informes que le llegaban desde Texas eran “muy malos, con muchos muertos”.

Dijo que daba un total apoyo de las fuerzas federales al Gobernador del Estado, Greg Abbott. El funcionario calificó al hecho como un “acto de violencia atroz y sin sentido”. Y que habían desplegado fuerzas adicionales en el Estado.

La empresa Walmart difundió un comunicado en el que señalaba que rezaba por las víctimas, la comunidad, los clientes y los servicios de emergencia.

En Estados Unidos los tiroteos son habituales (ver los antecedentes en esta página). De hecho, en lo que va de 2019 han ocurrido unas 250 ataques múltiples con armas de fuego, que han dejado cerca de un millar de víctimas.

Sin ir más lejos, apenas el martes, dos personas murieron y un policía resultó herido en otro Walmart en Mississippi.

El domingo pasado tres personas, incluido un niño de seis años, murieron a manos de un hombre de 19 años que abrió fuego en un festival gastronómico en Gilroy, al sur de San Francisco.

Como suele ocurrir después de cada baño de sangre, varias voces se alzaron para exigir una mayor regulación del mercado de armas de fuego, un paso que los legisladores no se atreven aún a dar. Desde la matanza de la escuela secundaria de Columbine, en 1999 en Colorado, han surgido propuestas en ese sentido que con el tiempo se diluyeron.