TARANTINO HOMENAJEA A HOLLYWOOD

TARANTINO HOMENAJEA A HOLLYWOOD

La estrella de un western televisivo, Rick Dalton, intenta amoldarse a los cambios del medio al mismo tiempo que su doble de riesgo, Cliff Booth.

A la hora de ver algo, una película, serie o lo que sea, no conviene confiar mucho en opiniones ajenas. Toda opinión es subjetiva, y hacerle caso a alguien puede determinar que no veamos algo porque esa persona nos aseguró que no vale la pena, o que sí lo hagamos porque nos aseguró que le gustó mucho. Y a veces resulta que terminamos viendo lo que no nos recomendaron y nos gustó, o vemos lo que nos recomendaron mucho y sólo perdimos el tiempo. 

Con Érase una vez en Hollywood (Once Upon a Time in Hollywood), la mayoría de las opiniones que me permití leer en las redes, eran decepcionantes, y me sorprendían por tratarse de una película de Tarantino. Por suerte, una que otra opinión era positiva y, si bien la balanza seguía inclinada hacia el lado negativo, confié como siempre en Quentin y decidí darle la oportunidad que siempre merece.  

Busqué la peli, la encontré y vi que el puntaje que tenía según IMDb era de 7,9, bastante. (IMDb: Internet Movie Database, es una base de datos en línea con información relacionada con películas, programas de televisión, videos caseros, videojuegos y contenido de transmisión en línea, que incluye elenco, equipo de producción y biografías personales, resúmenes de tramas, curiosidades, críticas de fanáticos y calificaciones.) “Si IMDb le da tan buen puntaje, debe estar buena”, pensé, y le di play. 

Dos horas y cuarenta y un minutos dura la película. La historia transcurre en Hollywood, en los años ‘60. La estrella de un western televisivo, Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), intenta amoldarse a los cambios del medio al mismo tiempo que su doble de riesgo, Cliff Booth (Brad Pitt). La vida de Dalton está ligada completamente a Hollywood, y es vecino de la jóven y prometedora actriz y modelo Sharon Tate (Margot Robbie) que acaba de casarse con el prestigioso director Roman Polanski. El personaje de DiCaprio está inspirado en la carrera de Ty Hardin, un actor que pasó de protagonizar una serie (Bronco) a participar de cintas del género Spaghetti western. Para el papel de Dalton, Tarantino también se basó en Tab Hunter, otra estrella de la época. 

Vi a DiCaprio buscar papeles importantes, charlar con el famoso agente Marvin Schwarz (Al Pacino), y ser aconsejado por éste para que tome las riendas de su carrera, porque el rumbo que ha tomado puede acabar con ella. Lo vi ensayar aplicadamente sus líneas, padecer los efectos de la resaca por no tener a raya el vicio del alcohol, enojarse y llorar por olvidar sus líneas en plena filmación, y tener que improvisar para zafar y salir airoso de la situación. En fin, un espejo que puede reflejar a más de un actor o actriz que se sumerge en el mundo de la actuación.  

Paralelamente, vi a Brad Pitt hacer de chofer, porque a Dalton le han quitado el carnet de conducir por problemas con la bebida, así que su doble lo lleva a todos lados. También cuidando una de sus casas, siendo su confidente y arreglandole la antena de televisión. Haciendo de todo menos de su doble, porque últimamente sólo contratan a Dalton. Entonces en su tiempo libre Pitt pasea, y termina conociendo a una integrante del clan Manson (la secta creada por Charles Manson). 

El personaje de Brad Pitt, Cliff Booth, está inspirado en Hal Needham, el mejor amigo y doble de riesgo del actor Burt Reynolds (Smokey and the Bandit, Boogie Nights), quien iba a aparecer en la película, pero falleció en septiembre de 2018. Needham fue muy amigo de Reynolds, al punto de que llegaron a vivir juntos durante cinco años.  En la ceremonia de los premios Oscar de 2012, Tarantino dio un sentido discurso acerca de su carrera en el momento en que le entregaron a Hal Needham un Oscar honorífico

Es claro que Tarantino, más que una película, quiso hacer (e hizo) un homenaje al cine, a los actores, al Hollywood de finales de los ‘60, con amor, con nostalgia y con diversión, en vez de hacer otra más de sus películas taquilleras, cuyas tramas, diálogos y escenas nos mantienen atados a la butaca o a la silla. Por eso, muchos se sintieron defraudados, sobre todo los que fueron al cine, y gastaron en la entrada, los pochoclos, la gaseosa y casi 3 horas de su vida. Pero creo que esta vez Tarantino, a sabiendas de que eso pasaría, pensó primero en él, y plasmó lo que él quería y a su modo, a sabiendas, también, de que los que no saldrían defraudados, serían sus ídolos, sus pares, sus amigos. Eso es ser auténtico, cueste lo que cueste.