MILAGRO EN LAS ALTAS CUMBRES: UN JOVEN SE SALVÓ TRAS CAER EN UN PRECIPICIO

Un joven de 24 años cayó unos 20 metros por un precipicio en la zona del parador El Águila, en Córdoba y salvó su vida.

El incidente ocurrió en la mañana del miércoles, cuando Guillermo Rivero paseaba junto a dos amigas en el área del parador, ubicado en el kilómetro 69 del Camino de las Altas Cumbres, en la provincia de Córdoba. Durante su recorrido, el joven se desvaneció, lo que resultó en una caída por el barranco en inmediaciones de la ruta provincial E34.

Al recibir la alerta, el equipo de rescate en áreas difíciles del Departamento de Urgencias y Rescates (Duar) de Punilla fue convocado para asistir a Rivero. A pesar de la gravedad de la situación, el joven logró mantenerse consciente tras la caída, lo que facilitó su rescate.

Una vez rescatado, Guillermo fue trasladado al Servicio de Emergencias Médicas de Comuna del Sur para recibir atención primaria. Posteriormente, fue derivado al Hospital Municipal Doctor Gumersindo Sayago en Villa Carlos Paz. En el centro médico, los profesionales confirmaron que, aunque presentaba algunos traumatismos, su condición se consideraba estable y fuera de peligro.

Los rescatistas subrayaron la relevancia de la intervención rápida y el traslado inmediato, factores que resultaron cruciales para prevenir complicaciones mayores. La comunidad local celebra su recuperación, agradeciendo la labor de los equipos de emergencia que actuaron con eficacia.

EL CAMINO DE LAS ALTAS CUMBRES

Inaugurado oficialmente en 1918, el Camino de las Altas Cumbres conecta la capital cordobesa con el valle de Traslasierra. Este camino, que se extiende por casi 100 kilómetros, se caracteriza por sus puentes colgantes y pircas que atraviesan el corazón de las sierras grandes. En 1965, comenzaron las obras de construcción de una nueva ruta, menos sinuosa y completamente asfaltada, que finalizó en 1988. Este trayecto, conocido por su belleza escénica, se ha convertido en un atractivo turístico y un importante acceso a la región. La reciente experiencia de Guillermo Rivero pone de relieve la necesidad de precaución al transitar por estas áreas, recordando que la naturaleza puede ser tanto hermosa como peligrosa.