CINE TEATRO SAN LUIS: VITALE, BAGLIETTO Y LIZARAZU INVITARON A UNA NOCHE DE NOSTALGIA Y ROCK NACIONAL
El dúo que componen desde hace 33 años el pianista y el cantante rosarino sumó a la ex ‘Man Ray’ y ‘Los Twist’ para hacer un recorrido por lo mejor de la música argentina de los últimos 40 años. También presentaron su tradicional set de tangos, por lo que abarcaron un amplio abanico de generaciones que los ovacionó de pie.
Sentarse a escuchar a Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto no trae muchas sorpresas. Uno sabe que va a encontrar profesionalismo, una voz -la del rosarino- a la que no castigaron los años, los arreglos justos de Lito y un repertorio para todos los gustos, siempre respetando a los autores originales. Y el agregado como invitada especial de Hilda Lizarazu le puso al show que ofrecieron en el Cine Teatro San Luis, con la organización de Diego Sosa MG, el toque que sabe darle la correntina: simpatía, mohines, otra buena voz para complementar la de Baglietto y, en este caso en particular, la presentación de varios hits de Charly García, ya que dentro de un mes lanzará ‘Hilda canta a Charly’, que todos podrán disfrutar por Spotify.
Por eso hubo fiesta completa en el mejor auditorio que tiene la provincia, que estuvo completo en un 80%, buena concurrencia para un domingo a la noche, en la previa de un día laborable. Arrancó el dúo yéndose bien atrás en el tiempo con ‘Alicia en el país’ (Serú Girán) y, tras una pequeña interrupción para saludar y presentar a los músicos locales que se encargaron de los vientos, siguieron con ‘Despiertate nena’ (Pescado rabioso) y Par Mil (Divididos), momento en el que recordaron al recientemente desaparecido Daniel Wanzo, un sonidista emblemático que dio San Luis.
Antes de pasar a los tangos (con una enorme versión adaptada de ‘Viernes 3 AM’, más ‘La última curda’ y ‘Nada’), Baglietto volvió a sus tiempos de pelo largo con la trova rosarina con ‘Dios y el Diablo’ y ‘Príncipe del manicomio’. Después entró al escenario Lizarazu y llegaron los colores y la hora de moverse con una versión rockera de ‘Los hermanos’ (Atahualpa Yupanqui), su repaso por Charly García con ‘Bancate ese defecto’ y ‘Raros peinados nuevos’; y temas clásicos de su repertorio como ‘D10S’, ‘Sola en los bares’ y ‘Caribe Sur’, que dio para un enganchado en el que pasaron acordes de Sumo, Soda Stereo y Los Redondos y ‘Jugo de tomate frío’.
Con la gente ya metida de lleno, tras ‘El Témpano’ llegó el primer amague de irse que nadie creyó. En los bises, tocaron ‘Símbolo de paz’, ‘Tratando de crecer’ y ‘Las cosas tienen movimiento’, como para ir aplacando a un público que obviamente pedía más. El final fue bien rockero y con recuerdo incluido para el Flaco Spinetta con ‘Despiértate nena’. Habían pasado 90 minutos intensos, de calidad, con músicos que ya están dentro del alma de abuelos, padres y ahora hijos inquietos por incorporar ese rock nacional que sigue fluyendo en las venas. Como el tomate frío que nos inyectó Manal en 1970.
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