PONER EL CUERPO

PONER EL CUERPO

Para conectar con un proyecto o simplemente para resetearnos, llevar el cuerpo a aquello en lo que estemos trabajando aporta buenos resultados donde el principal objetivo es disfrutar del proceso y darle una pausa al cerebro. 

Terminé de leer otro libro de Austin Kleon, que cada día me gusta más, y entre otras cosas interesantes que menciona, encontré un concepto que hace tiempo aplico en mi vida y que me resulta muy pertinente para el contexto actual en el que estamos, que nos obliga a quedarnos en casa.

Menciona la necesidad de traer el cuerpo al trabajo y no sólo la mente, según lo que explica, si seguimos el movimiento, si rasgamos una guitarra o esparcimos post its en una mesa de conferencias o si amasamos arcilla, el movimiento hace que nuestro cerebro arranque a pensar. En su opinión además, siendo escritor y dibujante, ocurre cierta magia cuando todos sus sentidos están a disposición en el proceso analógico de creación: oler la tinta de un fibrón, la sensación que produce tener un diario en las manos, el ruido del trazo al escribir y por otro lado, la computadora nos da muchas chances de presionar "borrar" si solamente trabajamos desde ahí.

Por supuesto que no hace falta ser ni escritor ni dibujante para aplicar estas ideas, cualquiera puede hacerlo. En mi caso, hace tiempo que utilizo varios recursos para hacer pausas, para concentrarme en una idea o exactamente lo opuesto, para dejar de pensar. Los recursos que encontré más útiles varían de acuerdo al momento, a mi estado de ánimo y también fueron mutando a lo largo del tiempo: escribo journals desde muy chica, cocino siempre que puedo, pinto garabatos o mandalas (lamentablemente nunca aprendí a dibujar), completo ejercicios de creatividad como el cuaderno de Natalia Rozenblum o el ya famoso libro "El camino del artista" de Julia Cameron y como soy bastante fanática de todos los artículos de librería, hace un tiempo que también empecé a hacer collages.

Lo más interesante es que realmente no importa el resultado, solamente disfrutar del proceso sin ningún tipo de presión o necesidad de lograr algo. Cada vez que termino de hacerlo, es como un reseteo para la mente y me siento preparada para continuar con lo que sea.

En este contexto de coronavirus, en donde leo a tanta gente que no sabe qué hacer con su tiempo, yo retomé los collages y para quienes aún no encontraron, creo que es una buena oportunidad para descubrir qué tipo de actividad nos puede aportar un momento agradable que, sin duda, va a colaborar con el trabajo que hacemos normalmente, sea en forma de nuevas ideas o simplemente para darle un descanso al cerebro. Pintar, cantar, bailar, tocar un instrumento, jugar con legos, etc etc, recursos hay de sobra, es cuestión de probar cuál funciona mejor para cada uno.