LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS 2024 SE QUEDARON SIN UN SPONSOR POR EL COMPROMISO ECOLOGISTA

LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS 2024 SE QUEDARON SIN UN SPONSOR POR EL COMPROMISO ECOLOGISTA

Un gigante del petróleo y el gas canceló el patrocinio. La alcaldesa de la ciudad lidera un movimiento verde. Pretenden unos Juegos neutros de carbón.

Los Juegos Olímpicos, como el deporte todo, se convirtieron ya no sólo en la máxima cita del planeta sino también en una máquina de facturar. Las empresas no son ajenas al evento que les permite cada cuatro años posicionar sus marcas y productos ante miles de millones de ojos. Por eso, varias de las más poderosas compañías del mundo ponen cuantiosas sumas de dinero a los comités organizadores para lucirse como acompañantes del deporte. Sin embargo, no será el caso del grupo petrolero francés Total, que según el diario francés LeMonde renunció al apoyo de nada menos que los Juegos de 2024 que se realizarán en París. ¿La razón? El compromiso ecologista que quiere reforzar la ciudad desde su propia alcaldesa, Anne Hidalgo, y del que el presidente de la firma supo en una reunión que mantuvieron la semana pasada en las oficinas del palacio Municipal.

Según el matutino, Patrick Pouyanné, titular de Total, se había mostrado más que satisfecho en los últimos comentarios que vertió sobre la relación entre la empresa y la organización de los Juegos. De hecho, el miércoles, en la reunión general de los accionistas de la compañía, Pouyanné les manifestó al resto de los ejecutivos que había tenido “intercambios muy constructivos con el comité organizador de los Juegos Olímpicos y Tony Estanguet”, su presidente. Sin embargo, manifestó lo que consideró reparos a tener en cuenta como potenciales obstáculos. “También noté que la alcaldesa de París tiene dudas sobre el hecho de que Total pueda contribuir a estos Juegos Olímpicos”, les dijo a los demás miembros de la mesa chica. Y esa visión habría bastado para que se decidiera el abandono del proyecto conjunto.

El propio comité fue el que se acercó en un primer momento a Total, empresa líder del sector petrolero y gasífero, buscando un patrocinio con la esperanza de sumar fondos a un presupuesto de casi 4.000 millones de euros con auspiciantes que aportaran unos 1.200 millones. Era bien vista por su perfil muy vinculado al deporte, habiendo sido auspiciante, por ejemplo, de la Copa Africana de fútbol o del equipo Total Direct Energie de ciclismo. En Argentina, por ejemplo, Total fue patrocinador de Boca y es el auspiciante principal de la Copa Argentina, que lleva su nombre.

Las conversaciones estaban tan avanzadas que todo encaminaba a Total como segundo anunciante principal del evento detrás del grupo bancario Banque Populaire-Caisse d’Epargne, cuyo patrocinio ya se había develado en septiembre. Sin embargo, el canal francés France 24 publicó que en marzo Hidalgo -a un año de la elección en la que buscará ser reelegida para el cargo- le envió una carta a Estanguet para advertirle que “sería muy difícil para nuestros conciudadanos identificarse con empresas cuyas actividades pueden tener un gran impacto en el medioambiente, en particular aquellas que se sostienen en el uso masivo de energías basadas en el carbón”. Estanguet le respondió confirmando el compromiso que asumió el Comité Organizador por realizar unos Juegos Olímpicos “neutros de carbón”. “La elección de nuestros socios comerciales nunca irá en contra de nuestra ambición y de los compromisos que asumimos”, aseguró por entonces.

La posición de la dirigente se entiende, según lo confirman los propios analistas, desde el hecho de que necesita del ala ecologista de la política parisina para mantener su mayoría. De hecho, desde que asumió como alcaldesa mostró un especial compromiso con el achique de la contaminación ambiental y especialmente de la que provocan los automóviles, promoviendo el uso de vehículos eléctricos compartidos o reforzando la presencia del sistema de bicicletas públicas.

Pouyanné, por su parte, les dijo a los ejecutivos que no quería ser un auspiciante que luego fuera “atacado” por la opinión pública haciendo notar, con ironía, que nadie los había criticado cuando apoyaron la reconstrucción de la catedral de Notre Dame con una donación de 100 millones de euros.