ACERCA DE WACHTMEN, CUARTA PARTE
Un robo había sido frustrado por un personaje encapuchado y disfrazado, y los ladrones habían terminado en el hospital. Los periódicos comenzaron a llamarlo Hooded Justice (Justicia Encapuchada), y fue el primer vigilante. En ese momento, Hollis Mason supo que se convertiría en el segundo.
Under the hood (Bajo la máscara) es un falso documental. En el aparecen entrevistas realizadas por Larry Culpeper, el conductor de un programa de televisión llamado The Culpeper minute (El minuto con Culpeper). Ya en ese nombre encontramos un juego de palabras oculto: porque Culpeper Minutemen fue un grupo de milicianos formado en 1775 en el distrito alrededor de Culpeper, Virginia, Estados Unidos. La palabra Minuteman o Minutemen tiene su origen en la fundación de Estados Unidos en los tiempos de las Trece Colonias, con la llegada de los ingleses al continente americano. Al igual que los minuteros de otras colonias británicas, estos hombres ejercitaron tácticas militares y se entrenaron para responder a emergencias "en cualquier momento" ("at a minute's notice").
Es 1985 y han pasado diez años desde que Hollis Mason, el Nite Owl (Búho Nocturno) original publicó su autobiografía llamada Under the hood. En ella reveló secretos acerca de los primeros Vigilantes, los Minutemen. En 1975, The Culpeper minute entrevistó a Mason en su restaurante favorito, The Gunga diner (Gunga Din fue uno de los poemas más famosos de Rudyard Kipling, narrado desde el punto de vista de un soldado de las colonias británicas, acerca de un nativo portador de agua que le salva la vida. El Gunga Diner es entonces el equivalente en la ucronía creada en Watchmen de los locales de comida rápida McDonalds de nuestra realidad. (La ucronía es un género literario que también podría denominarse novela histórica alternativa, y que se caracteriza porque la trama transcurre en un mundo desarrollado a partir de un punto en el pasado en el que algún acontecimiento sucedió de forma diferente a como ocurrió en realidad).
El padre de Mason trabajaba en un taller mecánico llamado Vernon’s garage, que luego se llamó Mason’s garage. Otro dato que no es casual, porque Edward Vernon fue un oficial naval inglés famoso, pues llegó a ser ascendido a Comandante en Jefe de todas las fuerzas navales británicas en las Indias Occidentales. Hollis Mason no siguió (en un principio) los pasos de su padre, sino los de su abuelo, con quien pasó mucho tiempo durante sus primeros años de vida, y quien le inculcó que la gente del campo, donde ellos vivían, era más sana moralmente que la gente de la ciudad. Al mudarse a la ciudad, Mason comprobó ese contraste y lo vivió con una repulsión que nunca lo abandonaría del todo. Cuando el sentimiento lo superaba, buscaba refugio en el mundo de las novelas pulp (revistas baratas de ficción anteriores a los cómics), admirando a los detectives y los héroes de esas historias, donde los valores eran absolutos y el “bien” estaba marcadamente diferenciado del “mal”. Condicionado por esos valores, Mason ingresó con 23 años en la Policía de Nueva York. Pero al poco tiempo no le bastó con ser policía.
En 1938 notó que muchos niños de su distrito leían el primer número de Action Comics. Para satisfacer su curiosidad pidió que le dejaran dar un vistazo, así conoció a Superman y quedó muy sorprendido. Tiempo después, al hojear un periódico, descubrió que en el mundo real también existían personajes así. Un robo había sido frustrado por un personaje encapuchado y disfrazado, y los ladrones habían terminado en el hospital. Los periódicos comenzaron a llamarlo Hooded Justice (Justicia Encapuchada), y fue el primer vigilante. En ese momento, Hollis Mason supo que se convertiría en el segundo.
En uno de los cortes comerciales de estética ochentosa que incluye el falso documental y que refuerzan su verosimilitud (es decir, su apariencia de verdadero), vemos la publicidad de un producto que no está presente, pero aparece su nombre y el de su creador: “Nostalgia by Veidt”. Claramente se trata de un producto que pertenece a una empresa de Adrian Veidt, y pueden ser las píldoras de recuerdos que aparecen en la serie de Watchmen estrenada recientemente. Otro de los comerciales que aparece es el de relojes Seiko, esta vez jugando con el término “watch” y también con la simbología del reloj utilizada en el cómic.
El nombre de Vigilante de Mason se le ocurrió en realidad a un colega suyo, que siempre lo invitaba a tomar una cerveza después del trabajo, y Mason siempre se negaba, porque aprovechaba la noche para entrenar y prepararse para su vida paralela de justiciero. Entonces su amigo comenzó a decirle que era un búho nocturno. A partir de ese apodo, comenzó a pensar en su traje, que él mismo terminó confeccionando. Al mes de su debut como justiciero, apareció Silhouette (Silueta). Todos los titulares hablaban de ella, tras descubrir a un editor que traficaba con pornografía infantil, y darle una paliza brutal a él y a dos de sus camarógrafos. Después, comenzaron los rumores sobre un hombre disfrazado de polilla que podía planear por el aire, y también acerca de otro, que vestía un overol amarillo y que era particularmente brutal y violento. Un año después de la aparición de Justicia Encapuchada, había con él al menos 7 vigilantes disfrazados: Espectro de Seda, Billete de Un Dólar, Hombre Polilla, Silueta, El Comediante y Búho Nocturno.
En una de las entrevistas de 1975 Sally Jupiter (Espectro de Seda) dijo que su nombre de vigilante se le ocurrió al querer significar “...algo que se te pudiera escapar de las manos. Las medias de seda eran muy caras en aquella época, y supongo que sonaba bien.” Y agregó que se convirtió en justiciera porque “Vi a Justicia Encapuchada y pensé en la idea de hacer algo fuera de lo normal. Nunca sentí que encajara realmente, y creí que convertirme en Espectro de Seda me haría sentir más como en casa.” Lawrence Shexnayder, su representante y esposo, afirmó que “Los Vigilantes o como quieras llamarlos, son negocios. Hay que recordar que este país se fundó en el espectáculo. Cuando representaba a Sally, a Espectro de Seda, usamos su posición como heroína para hacer negocios lucrativos de todo tipo. Películas, uso de su imagen para calendarios, cómics, de todo. Era una estrategia comercial que las empresas copiaron casi de inmediato. Dolar Bill era una estrella del atletismo universitario en Kansas, contratado por un gran banco, cuando vieron que tener su propio superhéroe daba una interesante publicidad.”
La idea de crear los Minutemen fue del Capitán Metrópolis, pero Shexnayder los ayudó. “Me di cuenta de que, sin el ocasional montaje para revitalizar el decreciente interés del público, la moda de los héroes disfrazados acabaría por pasar, incluso la de los que vestían como Sally. Así que, tras pensarlo, sugerí que pusieran un gran anuncio en el Gazette pidiendo más miembros, y así es como se formaron los Minutemen.”, afirmó Shexnayder.
También se entrevistó al psiquiatra William Long, para tener una visión profesional sobre los Vigilantes. “Desde luego que hay héroes disfrazados y superhumanos como el Dr. Manhattan que sólo quieren hacer el bien. Creo que hay otros que no son más que criminales, que usan esto como medio para justificar sus tendencias violentas. Los únicos héroes enmascarados que suponen un verdadero peligro, son los pocos sociópatas de personalidad límite, que creen que hacen el bien.”, concluyó Long.
Así como hubo superhéroes, también hubo supervillanos: estaban Moloch el Místico, que usaba la magia para encubrir su ola de terror y Gran Jefe, un diminuto criminal, que opinó así desde su celda: “¿Creen que yo soy la amenaza? Yo no soy el que lleva una máscara, no tengo nada que esconder. ¿Qué clase de persona llevaría una máscara? Soy un respetable hombre de negocios.” Y Edgar Jacobi (Moloch) dijo: “Entonces era más jóven. Era rebelde. (…) Cuando vives en un mundo con figuras de autoridad superhumanas y quieres rebelarte, tienes que hacerlo a una escala mayor (…), tienes que convertirte en un supervillano. Así que sí, creo que la sociedad está mejor sin los superhéroes. Porque eso significa que tampoco necesita supervillanos.”
“Cuando llegaron los ‘50”, continúa Mason, “toda la idea de los héroes disfrazados cambió. Fue una moda, sí, y estaba pasando. Y nosotros con ella. Sally quedó embarazada y lo dejó. Los demás nos vimos obligados a testificar ante el Comité de Actividades Antiamericanas. Fue una caza de brujas. Nos obligaron a revelar nuestras identidades a un representante. Por suerte, con el intachable expediente militar del Capitán Metrópolis y mi propio servicio en el cuerpo de policía, ambos quedamos más o menos libres de sospechas inmediatamente. El Hombre Polilla tuvo algún problema más por las amistades de izquierda que había tenido cuando era estudiante. Al final fue absuelto, pero sufrió una larga y despiadada investigación. Creo que la presión a la que se vio sometido, exacerbó su problema con la bebida, lo que terminó por causarle una crisis mental. Justicia Encapuchada se negó a testificar afirmando que no estaba preparado para revelar su identidad ante nadie. Y cuando lo presionaron, despareció. Y lo respeto mucho por eso. Fue la razón por la que me convertí en Búho Nocturno, y hasta hoy no sé quién estaba detrás de esa máscara. ¿No es increíble?”
Culpeper: “¿Influyeron los incidentes entre Sally Jupiter y El Comediante en su decisión de colgar la máscara?”
Mason: “Tuvieron bastante que ver, sí. Creo que cuando ves que algunos de tus compañeros son tan depravados y retorcidos como los criminales que combates...Sí. Eso tuvo que ver con por qué lo dejé.”
El comediante rechazó hacer comentarios: “Quita eso de mi cara antes de que te meta mi cigarro en el ojo”, dijo, y le arrebató la cámara al periodista.
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