MILES DE FIELES HONRARON AL MILAGROSO SEÑOR DE RENCA

MILES DE FIELES HONRARON AL MILAGROSO SEÑOR DE RENCA

Celebración de devoción y fe, como cada año, este viernes 3 de mayo, la feligresía le rindió culto una vez más al Cristo de Renca. De la procesión que presidió el obispo de San Luis, monseñor Daniel Martínez, participaron miles de sanluiseños, el vicegobernador Carlos Ponce, ministros y legisladores provinciales.

A las 10:00, en varios rincones de la pequeña comuna de Renca se escuchó a cientos de fieles rezando el rosario y pidiendo peticiones al Cristo del Espino, en la previa a la misa central y la tradicional procesión. Los peregrinos que llegaban primero buscaban tomar una posición lo más cerca del altar, que como todos los años, estuvo ubicado frente al santuario.

Ema Pires es una de las creyentes que estuvo desde temprano en la plaza principal. La vecina del paraje Santa Eugenia (cerca del dique San Felipe) tiene 71 años y desde los 11 que asiste ininterrumpida a la celebración religiosa. “Tengo mucha emoción y estoy muy agradecida por haber podido llegar”, comentó la señora, que aunque padece una dificultad para caminar, no apaga su devoción y fe al Cristo.

Franca Turco hace 25 años que participa de la patronal. Desde Villa Mercedes, este viernes, recorrió los más de 110 kilómetros que hay hasta el poblado del departamento Chacabuco. “Vengo a agradecerle al Cristo”, contó la profesante, quien junto a una amiga le pidió al Señor de los Milagros “trabajo para todos los argentinos”.

También, hubo visitantes de provincias vecinas. Tal es el caso de Aldo Tobares, de Concepción del Tío, Córdoba, que es la segunda vez que comparte la celebración. A él le llamó la atención la historia del Cristo del Espino, su fiesta y la organización. “Pido por la Patria, la paz, la justicia, la unidad, el trabajo y el de las familias”, expresó.

Minutos después, una canción interpretada por un coro anunció el inicio de la misa. “Bienvenidos a la tierra de los milagros”, manifestó eufóricamente el locutor villamercedino, Hugo Dutto, y estallaron los aplausos de los miles de fieles, quienes un año más renovaron su fe en el Divino Señor de Renca.

Los pañuelos amarillos (con la leyenda escrita “Divino Señor de Renca”) se levantaron a lo largo y ancho de la esquina ante la aparición de la imagen del Cristo, que fue ubicada en frente del escenario, bajo un cielo despejado y soleado, que era “cortado” por un avión de reacción (popularmente conocido como “avión a chorro”).

Seguidamente, el obispo Martínez se hizo cargo de la ceremonia, ante un público que tomó una actitud de suma reverencia y solemnidad.