LA MATERNIDAD NECESITA DISCURSOS MÁS HONESTOS, Y MÁS EN PANDEMIA

LA MATERNIDAD NECESITA DISCURSOS MÁS HONESTOS, Y MÁS EN PANDEMIA

No todo es color de rosa en la maternidad y menos en pandemia.

¡Que bueno vas a ser mamá! ¡Tener un hijo es lo más lindo que hay! ¡Qué contento que debe estar tu marido! ¡Crecen rápido, disfrutá cada momento!

Estas y muchas otras son las frases que recibimos las madres en el anuncio de nuestro embarazo y hasta después con el nacimiento; pero hay algo que nunca se dice y que sólo una madre puede experimentar, la angustia, la fragilidad, la incertidumbre, los miedos, esos que jamás habías experimentado, pero que ahora se hacen carne, si se hacen carne, porque hay un ser que depende y necesita de vos.

Mi obstetra me había dicho que el papá no podía presenciar el parto, que injusto todo, estaba todo tan bien planeado, (punto a parte, ese día, el 29 de mayo específicamente, mi marido pudo presenciar el parto. Anhela todo con lo más profundo de tu corazón y te aseguro que sucede). En fin, me tocó tener a mi hijo en plena pandemia, con las distancias no sólo físicas, sino también emocionales. El mundo vivía una gran crisis sanitaria, pero yo vivía una crisis maternal, una crisis que se desarrollaba y no salía de las cuatro paredes de mi habitación. Escribo esto no para alertarte, sino que para decirte que podés, que no todo es color de rosa, pero que tenés el don y la habilidad de salir de ese pozo, yo pude, pero necesitas hacer algo, contarlo, hablarlo y si creés en algo, como yo, poner todos tus miedos a sus pies.

Necesitamos tener discursos mas honestos y más en pandemia, porque estamos solas, porque no podemos salir a distraernos como muchas pudieron, porque no podemos invitar amigas y contarles cada detalle del parto, porque no pudimos abrazar, porque no nos pudieron abrazar, porque te aseguro que un abrazo, como el que me pudo dar mi mamá es sanador y más aún el de mi marido cuando le conté lo que realmente me estaba pasando. Si conocés a una amiga que está embarazada o que tuvo familia acompañala, mimala, escribile, te va a contestar cuando pueda, pero te aseguro que necesita distraerse, contarte, hasta te diría preguntarte cosas que seguramente tengas que googlear.

Hoy celebro mi primer día de la madre y realmente lo celebro, porque mi fragilidad se transformó en amor, mis miedos en fortaleza y mi angustia en un manantial de gozo al ver los ojos de mi hijo. ¡Feliz día a cada una de ustedes!