GRAN VICTORIA DE LAS GIGANTES, AUNQUE PUDIERON SACARSE LA TRISTEZA
El conjunto argentino de básquet femenino venció al combinado de Islas Vírgenes por 73-59 en el último partido de la fase de grupos.
La herida no terminó de cerrar, y es seguro que tardará mucho en hacerlo. En un momento de crecimiento para el básquetbol femenino, el golpe recibido por las Gigantes quedará en el recuerdo y exigirá una profunda mirada hacia adentro. Pero mientras tanto, por doloroso que sea, la competencia sigue y Argentina pudo lavarse un poco la cara con una victoria. Algo que no impidió las muestras de dolor en el final del partido, como fiel reflejo de lo que todavía duele la oportunidad perdida.
Ya fuera de la lucha por las medallas, el seleccionado argentino venció a Islas Vírgenes 73-59 por la última fecha de la primera fase, aunque ya sin chances de meterse en la lucha por las medallas. Desde este viernes, afrontará los partidos para definir la ubicación del quinto al octavo puesto.
"No pudimos competir contra Colombia, Se nos fue la ilusión de pelear por una medalla y el partido de hoy (ante Islas Vírgenes) era muy difícil de afrontar psicológicamente. Estábamos todas muy tristes. Pero tuvimos que cambiar el chip, de los errores se aprende, ahora tenemos que demostrar lo que sabemos hacer que es jugar", declaró Melis Gretter, aún conmocionada por lo ocurrido un día antes.
"El error fue nuestro, eso está claro. Los árbitros dieron los 15 minutos de espera que otorga el reglamento y Colombia tiene su derecho a decidir lo que quiera. Nosotras teníamos la ilusión de que el partido se jugara, aunque sea más tarde, a la 1 de la mañana", apuntó Gretter.
Está claro, la herida todavía sigue abierta. Aunque buscan dar vuelta la página y terminar el torneo lo mejor posible.
En un Coliseo Eduardo Dibós al 30% de su capacidad, las Gigantes salieron a jugar después de la bofetada de este miércoles, cuando perdieron sin poder jugar ante Colombia debido a lo que la organización definió como "negligencia logística": la delegación llevó al estadio camisetas azules, idénticas a las del rival, en lugar de las blancas que tenía asignadas.
Las camisetas llegaron, pero cuando ya era tarde. El rival no aceptó postergar el horario del comienzo del encuentro, reclamó los puntos y la organización accedió. De esa manera absurda, las argentinas perdieron la chance de meterse en la pelea por las medallas.
Tras el insólito episodio, el jefe de equipo, Hernán Amaya, y la directora de Desarrollo de básquetbol femenino, Karina Rodríguez, asumieron la culpa y renunciaron a sus cargos.
Esta vez con las musculosas blancas que debía usar ante Colombia, Argentina salió a representar al país por última vez en Lima, donde las expectativas eran las de colgarse una medalla. El partido arrancó, sin embargo, complicado: se encontró 0-8 en menos de tres minutos del primer cuarto.
Pero Las Gigantes se reacomodaron y a dos minutos del final lo igualaron (15-15). Un triple de Andrea Boquete les permitió, incluso, pasar al frente por primera vez en el partido, pero Islas Vírgenes se mantuvo en carrera y así el cuarto concluyó 19-19.
Una falta a Llorente en el arranque del segundo cuarto le permitió a Argentina estar otra vez en ventaja. Y no la abandonó más: incluso, terminó ocho puntos arriba antes del descanso del entretiempo con el marcador en 38-30.
Al salir del vestuario, Las Gigantes mantuvieron su ventaja (55-48), pero el último cuarto comenzó de la peor manera. En tres minutos, Argentina no sumó puntos y su rival se lo dio vuelta (57-55), creando un final inesperado para el último duelo de la fase de grupos.
Un triple de Victoria Llorente, plata en el 3x3 femenino la semana pasada en Lima, le devolvió la ilusión a la selección, al igual que otro tiro de tres de Boquete a falta de cuatro minutos para ponerse 61-59.
Al final, la diferencia fue de 14 puntos para que Las Gigantes esbozaran alguna sonrisa después de un imprevisto que las dejó sin chances de luchar por una medalla en Lima, como había ocurrido con Boquete, Llorente, Gretter y Pérez hace solo diez días. Más allá de la victoria, en el final abundaron los llantos, como muestra del dolor que todavía genera la oportunidad perdida. Ahora solo les resta el partido que terminará de darles una ubicación en estos Juegos Panamericanos.
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