NEGOCIOS SON NEGOCIOS: DE LA MANO DEL MUNDIAL DE RUGBY, JAPÓN REVISA SU AVERSIÓN A LOS TATUAJES
Diferentes resorts piensan relajar prohibiciones ante los cerca de 400 mil turistas que llegarán al país.
"Estos son mis principios. Si no le gustan... Tengo otros". La vieja frase de Groucho Marx fortalece su vigencia en el mundo actual, en el que muchas tradiciones que parecen imposibles de quebrar pueden temblar si detrás de ese cambio aparece el poderoso caballero Don Dinero.
En Japón, donde se celebrará el Mundial de Rugby desde el 20 de septiembre al 2 de octubre, al principio había mandado la rigidez con respecto a un asunto que preocupa a la población local: los tatuajes que portarían muchos visitantes. Los dibujos sobre la piel tienen mala fama en el país asiático porque se los vincula con la organización criminal Yakuza.
La World Rugby, de hecho, llegó a recomendar en septiembre del año pasado a los jugadores que cubran sus tatuajes en los lugares públicos cuando vayan a Japón. "No vamos a forzar a ningún equipo a cubrirse, pero quieren hacerlo porque quieren mostrar que respetan la cultura japonesa", aseguró entonces el director del torneo, Alan Gilpin.
Más allá de lo que ocurra con los protagonistas centrales del espectáculo, lo que desvela a algunos empresarios vinculados con el turismo es el enorme negocio potencial que representan los cerca de 400 mil visitantes que esperan en el país durante el Mundial. Algunos de ellos, desde ya, con tatuajes.
Uno de los principales puntos de atracción en la isla radica en los Onsen, resorts con aguas termales de origen volcánico, muchos de los cuales tienen vigente la prohibición de exhibir tatuajes en sus instalaciones al considerarlos ofensivos. Pero la historia está cambiando.
De la mano de los valiosos billetes que vendrán en las manos de los visitantes, diferentes propietarios de los Onsen ya manifestaron su intención de permitir su acceso sin tantas complicaciones, según aseguró una investigación del sitio británico The Guardian.
Mientras en la ciudad de Sapporo dejaron en total libertad a los dueños de los Onsen sobre la aceptación o no de los tatuajes, en Atami, uno de los principales resorts de aguas termales, dejaron clara la necesidad de un replanteo sobre la cuestión. "Con los Juegos Olímpicos también cerca, sentimos que es necesario discutir el tema de los tatuajes", aseveró a la agencia local Kyodo uno de los principales empleados del centro.
"Muchos japoneses disfrutan también de los tatuajes, y queremos evitar tratar diferente a los extranjeros" afirmó al Guardian Seiji Hori, integrantes de una asociación de hoteles de la pequeña ciudad de Beppu, donde las aguas termales son furor.
En la región de Oita, mientras tanto, ya dejaron claro que aceptarán a los visitantes con tatuajes sin restricciones durante las seis semanas que durará el torneo. Otros levantarán la cortina solo parcialmente: establecimientos que suministrarán adhesivos a sus visitantes para que tapen los dibujos, y otros que prevén franjas horarias "tattoo-friendly". Todo para que el visitante se sienta lo más cómodo posible y abra la billetera, en una oportunidad que para los centros turísticos es irrepetible.
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