MEDALLA DE PLATA PARA MARÍA JOSÉ VARGAS EN RÁCQUETBOL

MEDALLA DE PLATA PARA MARÍA JOSÉ VARGAS EN RÁCQUETBOL

La representante argentina cayó en la final ante la mexicana Paola Longoria por 15-7 y 15-9.

Es boliviana nacionalizada argentina. Desde 2013 representa a la Argentina. Vive en Santa Cruz de la Sierra y su marido le construyó un escenario... adentro de la vivienda.

El ráquetbol es tan importante en su vida que al mes de ser mamá le avisó a su médico que iba a volver a jugar. María José Vargas es boliviana pero desde 2013 representa a la Argentina. Su marido también practica el deporte aunque de manera amateur. Y si bien espera que María Victoria, la hija de ambos que este miércoles cumplió dos años, juegue al tenis, en su casa ya tienen una cancha de ráquetbol.

"Mi marido me la construyó en mi casa, en Santa Cruz de la Sierra. Nos falta todavía el piso pero ya la estamos terminando", confiesa Vargas con una sonrisa, una de las pocas que entrega tras perder la final de la prueba individual en los Juegos Panamericanos de Lima con la mexicana Paola Longoria, la número 1 del mundo.

La cancha no está en el patio o en un quincho: "La hicimos tan rara la casa que la cancha de ráquetbol quedó adentro de la casa", admite la jugadora de 26 años, que usa ese sitio para entrenar cuando no está de viaje o en Argentina. "La cancha era lo que más quería, así que él me la regaló", dice sobre el gesto de su pareja.

Pese a eso, sueña con que su hija elija el tenis, el otro deporte con el que ella coqueteó pero que no pudo seguir por una cuestión económica. "Quiero que mi hija juegue al tenis y lo haga por Argentina. A mi bebé le voy a decir por favor que juegue al tenis. La voy a apoyar en todo y daré mi vida por ella", afirma.

Los ojos se le iluminan cada vez que habla de María Victoria, quien no está en Lima por una cuestión de seguridad ya que le dijeron que la zona en la que está ubicada la Villa Panamericana "es peligrosa". "Quería dedicarle la de oro...", se quiebra quien en Toronto 2015 había ganado dos platas.

"Soñaba con el oro y en la final no se pudo. Si bien entregué todo lo que tenia y no me salieron mis tiros, creo que me presioné mucho. No supe sacarle lo positivo a mis sentimientos", asegura sobre el 2-0 (15-7 y 15-9) con el que perdió con la mexicana Longoria.

Con una medalla de plata y otra de bronce (la del dobles femenino junto a Natalia Méndez, otra atleta boliviana nacionalizada argentina), Vargas irá por la revancha en la prueba de equipo femenino, que también integra Martina Katz. "Sigue la competencia, comenzamos uno de nuevo. Espero que esta vez no se me escape la de oro, que es con la que soñé y con la que quiero volver a casa", remarca.

Nacida el 18 de marzo de 1993 en Santa Cruz de la Sierra, Majo ganó los Mundiales juniors 12, 14, 16 y 18 y le dio a Bolivia su única medalla (de bronce) en Guadalajara 2011. Durante ese tiempo utilizó los contactos de su hermana Ximena, Miss Universo de Bolivia en 2009, para ganar dinero como modelo de gráfica. "Me sacaba fotos porque para pasarela soy un desastre, camino muy mal. Y eso me ayudó bastante porque en Bolivia no tenía ni un peso de ayuda", relata. 

La falta de apoyo al deporte y su conexión con Argentina la motivaron a pedir la ciudadanía. "Fui la primera en nacionalizarme. Lo hice muy rápido, creo que me tardé 11 meses o un año en la competición. La primera vez que representé a Argentina fue en 2013, en el Panamericano, cuando gané el oro justo en Santa Cruz, mi ciudad", rememora.

Esa conexión tiene un origen deportivo también. "De chica era fan de Las Leonas y en mi primer mundial junior mi cábala era jugar con la polera de Las Leonas. Le había puesto la palabra Bolivia en la espalda para que dijera algo y comencé así a jugar el mundial. Nadie me había visto hasta que un día me sacaron de la cancha y me dijeron '¡¿Qué hacés?!'. Hasta el presidente de la federación me puteó. Pero era mi camiseta favorita", recuerda. Desde ese día, nunca más permitieron que se jugara con remeras de otros países ni de otros deportes. A ella no le importaría por mucho tiempo. Pronto, apostó por Argentina y ahora suma alegrías en el medallero.