LOS PUMAS CAYERON SIN ATENUANTES ANTE LOS ALL BLACKS, QUIENES EN LA PREVIA BRINDARON UN EMOTIVO HOMENAJE A DIEGO MARADONA

LOS PUMAS CAYERON SIN ATENUANTES ANTE LOS ALL BLACKS, QUIENES EN LA PREVIA BRINDARON UN EMOTIVO HOMENAJE A DIEGO MARADONA

El seleccionado argentino de rugby cayó por 38 a 0 ante Nueva Zelanda, en su tercera presentación correspondiente al Tres Naciones que se disputó en Newcasttle. Emocionante gesto de los All Blacks en homenaje a Diego Maradona, que a través de su capitán, Sam Cane, se encaminó hacia la formación del equipo argentino y apoyó sobre el césped una camiseta del elenco neozelandés con la "10" de la leyenda del fútbol que murió.

Los All Blacks, rindió este sábado homenaje al inolvidable Diego Armando Maradona, fallecido el miércoles último a los 60 años, ofrendando a Los Pumas una casaca de su equipo con el número 10 y el nombre del astro argentino, antes de realizar el tradicional Haka previo al inicio del partido por el Tres Naciones.

En ese contexto, previo a la tradicional danza se vivió un emotivo momento en el Mc Donald's Jone Stadium, de Newcastle, cuando el capitán de los All Blacks, Sam Cane, se encaminó directamente hacia la formación del equipo argentino y apoyó sobre el césped una camiseta del equipo neozelandés con el número 10 y el nombre de Maradona.

El equipo argentino, que jugó con un brazalete negro, no pudo concretar su tributo previsto para los 10 minutos de juego, deteniendo el juego en honor a Maradona. Entre los 9 y los 11 minutos las acciones no se detuvieron y, por el contrario, el ataque de Nueva Zelanda fue sostenido y culminó con el try de Dan Coles.

En los instantes previos al juego, durante los ejercicios de calentamiento, el equipo argentino se escucho en el estadio a todo volumen al fallecido cuartetero cordobés Rodrigo cantando "La mano de Dios", un tema que se transformó en una especie de himno dedicado al astro nacido en Villa Fiorito.

 

LOS PUMAS ESTA VEZ NO PUDIERON CON EL PODERÍO DE LOS ALL BLACKS

El seleccionado argentino cayó por 38 a 0 ante Nueva Zelanda, en la tercera presentación del conjunto nacional que dirige Mario Ledesma, correspondiente al certamen internacional que se disputó en Newcasttle.

Los Pumas cayeron sin atenuantes 38 a 0 ante los All Blacks, en una producción muy floja del equipo en todos los aspectos del juego. Los primeros cuarenta minutos fueron todo lo que se esperaba que no pasara, o que al menos, no pasara en el inicio.

Presionados, arrinconados, dominados en el contacto, obligados a jugar muy en defensa donde fase tras fase los All Blacks son y fueron implacables, así Los Pumas se complicaron la existencia producto de ese error táctico (la unidimensionalidad, apostar todo a la defensa), a los errores no forzados y a los muchos penales desde el scrum.

No había nadie que no supiera antes del partido que un error ante los All Blacks por lo general, se paga. Los Pumas los pagaron todos tal vez no con puntos -solamente- sino con territorio, falta de iniciativa y de control sobre las condiciones en las que se tramitó ese lapso de partido.

Los Pumas no dispusieron de la pelota porque ni el scrum ni en line fueron sólidos como una roca. No pudieron hilvanar tres pases seguidos porque Ezcurra -un escalón debajo de Cubelli y Bertranou- mostró muchas complicaciones para distribuir y lo propio le pasó a Nico Sánchez.

No pudieron porque la velocidad de la marca de los All Blacks fue muy alta, porque aplicaron todas sus artimañas y porque no se iban a dejar sorprender dos veces en quince días.

En el rugby todo se estudia, todo se evalúa y el staff de Ian Foster trabajó, es notorio, en contrarrestar la forma de juego y de defensa mostradas. El equipo no estuvo fino, siempre al borde del desborde, siempre en emergencia en cada secuencia, siempre en desventaja y sin iniciativa. Defender mucho cansa una barbaridad.

Bajo ese panorama sombrío desde el juego, el resultado del primer tiempo fue un milagro porque los All Blacks tampoco fueron eficientes en tomar todas las oportunidades y puntos que pudieron. Los hombres de negros tuvieron tres cambios respecto al partido del 14 de noviembre y los tres cambios fueron exitosos en cuanto a rendimiento. Lo de Laulala, Scott Barrett y Akira Ioane tuvo impacto directo en el equipo.

Sin embargo, dominando cada estamento del juego casi a voluntad, así y todo, dejaron pasar chances valiosas de liquidar el partido en esa primera etapa. Se complicaron ellos solos. Lo mismo último pasó en el arranque del segundo tiempo. Calcado.

Los Pumas en extrema defensa, entregando alma y vida por defender la última trinchera y los All Blacks, yendo y yendo, por todos lados, de todas formas pero con errores de manejo en la definición última de la jugada.

Eso, hasta el minuto 54, en el que el try de Savea puso justicia en el resultado y en el desarrollo del partido. Desde ahí en adelante, los cambios, el manejo de los tiempos, la ineficiencia argentina para lograr progresar en el campo más la conformidad de los All Blacks para saberse ya dominadores absolutos y ganadores del partido, fueron suficientes para bajarle la cortina y sellar el asunto.

Los dos tries de la bestia del try, Will Jordan (los que no lo han visto en Crusaders o Tasman, deberían) dejaron las cosas claras. No se puede pretender demasiado más que atesorar la experiencia y tomar todo lo bueno y aprender de lo malo, contra un equipo tan clínico y tan ejecutivo como los All Blacks.

Desde el try de Savea, el destino ya estaba marcado y acaso aún, desde antes del partido. De todas formas, el resultado de este test -por los cambios, por la formación inicial, por la prueba- iban a ser una anécdota -lo escribimos en la columna de ayer- siempre y cuando Los Pumas pudieran mostrar algo más que tackle, defensa y enjundia deportiva. Esa segunda dimensión, ese "algo más", era posible.

Bueno... eso que era posible, no pasó. la goleada en contra demostró algo que se reclama a viva voz y que hacían Los Pumas de Hourcade: hay que atacar -también- con la pelota. Fue una larga noche de lecciones importantes para Los Pumas. Queda un partido más para hacerlo.