JUAN FRANCISCO SÁNCHEZ, EL PATINADOR DORADO: "NOS ROMPEMOS EL ALMA Y SOMOS UNOS GUERREROS"

JUAN FRANCISCO SÁNCHEZ, EL PATINADOR DORADO: "NOS ROMPEMOS EL ALMA Y SOMOS UNOS GUERREROS"

El patinaje artístico le dio dos medallas a la Argentina. Además del primer puesto del rosarino, su compañera Giselle Soler obtuvo la plateada. La historia de una pareja singular.

Él acaba de recibir la medalla de oro por su programa largo de patinaje artístico. Ella estuvo en ese podio para recibir la de plata solo unos minutos antes pero estaba esperándolo. Entonces, cuando el resto de los participantes se va y él se queda solo en el podio, ella se acerca, se sienta a su lado y lo abraza. Juan Francisco Sánchez y Giselle Soler se mueven como hermanos en Lima. Tienen motivos: son ellos los que se apoyan mutuamente cuando el camino se llena de piedras.

Con Giselle compartimos tantos torneos, tantos momentos. En estos Panamericanos nos movimos como hermanos, pegados para todos lados: nos levantamos juntos, desayunamos juntos, vamos a jugar un rato, nos distendemos, sacamos fotos y las subimos. Compartimos todo, desde el Mundial de Barcelona, hace dos semanas, que hacemos todo juntos. Es una gran compañera”, cuenta en sus primeras declaraciones como campeón panamericano. Gigi, para no salir en cámara, se agacha y derrocha su destreza sobre los patines no sin antes darle una palmada en la pierna a su compañero.

Hace cuatro años fue ella la que le dio la primera medalla de oro a la Argentina en los Juegos Panamericanos de Toronto. Ahora, el patín artístico vuelve a decir presente para entregarle la primera presea del día a la delegación. "Tengo mucha fe en que Argentina va a andar bien. Esta misma experiencia la vivió Giselle en Toronto, que fue la primera medallista de oro. Y hoy tiene una plata que vale oro porque es una categoría durísima en la que compite", valora el rosarino. Y se entusiasma con que este sea solo el comienzo de la cosecha albiceleste en Lima: "Argentina para mí es igual a garra, tenemos la pasión que otros países no; lo vivimos a flor de piel, nos paramos frente a todo y ponemos todo. Tenemos un montón de cosas negativas pero eso es re argentino".

Fue un año con mucha actividad para el patinaje artístico argentino. Y también de dificultades. "Fue un proceso largo, un año con Sudamericano en Brasil, Copa en Alemania, Campeonato Mundial en Barcelona y Juegos Panamericanos, todo pegado", resalta Sánchez. Soler, tal vez sin la carga emotiva del oro de su compañero, es más cruda con el análisis: "Es muy complicado hacer patín en Argentina. Es complicado conseguir pista y horarios y mantenerlo económicamente porque es mucho gasto, más allá de las becas del Enard y de la Agencia de Deporte. Es tan grande que muchas veces no alcanza con lo que se gana en las becas. Y también es difícil lidiar con la dirigencia. Tengo que decir que el presidente de la Confederación Argentina de Patín, Daniel Ventura, me ayudó mucho; en cambio no puedo decir lo mismo del Comité de Patinaje Artístico".

Las mayores dificultades las encontraron en el Campeonato del Mundo en Barcelona, donde Sánchez obtuvo un gran sexto puesto en libre y solodance y Soler quedó séptima del mundo en libre. "El Comité de Artístico está acostumbrado a que los deportistas terminemos haciendo las cosas. Más allá de que un mes antes pedí el alquiler de la pista, no se realizó y en el Mundial tuvimos que buscar pista nosotros para entrenarnos porque con mi compañero llevábamos ocho o nueve días sin entrenamiento y teníamos que afrontar no solo el Mundial sino unos Juegos Panamericanos", explica la porteña de 22 años. Y agrega: "Es más los huevos que ponemos que lo que tenemos. Pero lo hacemos todos los deportistas, es un sacrificio diario".

Como campeón panamericano de patinaje artístico -un deporte que no está dentro del programa olímpico- Sánchez accederá a una beca de excelencia panamericana. "El dinero que sea será bienvenido. Este año no tuve mucho apoyo. Me han pagado sí algunos viajes, como el Campeonato Mundial, pero por ejemplo el viaje al Sudamericano que gané me lo pagué yo. De hecho fue difícil clasificar acá. Estaba de suplente de un compañero que habían elegido por parte del Comité de Patinaje Artístico, que es excelente pero que este año no estaba tan bien preparado, en una decisión arbitraria. Y luché mucho. El objetivo principal era clasificar a los Panamericanos, antes que ganarlos pero me rompí el alma entrenando y compitiendo bien afuera para poder ganarme este lugar. Fue muy difícil ganarme este lugar", confiesa el rosarino.

"No es fácil llegar ni mantenerse. Pero es lo que uno ama y se dedica a esto por eso", comparte la excampeona panamericana. Su compañero asiente: "Nos sacrificamos mucho con Gigi, dejamos mucho, entrenamos durísimo, nos perfeccionamos en Italia, tomamos clases acá y allá, buscamos trabajos complementarios con profesores de ballet, preparador físico... Hay mucho laburo. No todos los patinadores en Argentina se dedican como Giselle y yo. Hay mucho talento en Argentina, cosas que funcionan bien y cosas que no, pero Gigi y yo nos rompemos el alma entrenando. Unos guerreros (sic) somos".