HIPERTENSIÓN ARTERIAL Y CONSUMO DE SAL: UN ENEMIGO A LA MESA

HIPERTENSIÓN ARTERIAL Y CONSUMO DE SAL: UN ENEMIGO A LA MESA

La hipertensión arterial es considerada una enfermedad de origen multifactorial, se destaca entre ellos la herencia, factores ambientales, hemodinámicos y humorales.
En Argentina, un tercio de los adultos es hipertenso. Sin embargo, casi la mitad de ellos no lo sabe. Y entre quienes conocen su condición, sólo un cuarto está bien controlado. El elevado consumo de sal es uno de los principales responsables de la elevada prevalencia de estos casos, pero también existen otros alimentos que contienen altas cantidades de sodio de manera oculta que también contribuyen a subir la presión.
La OMS aconseja ingerir menos de cinco gramos al día, pero en nuestro país se estima que el consumo promedio de sal por persona supera los 11 gramos/día. La ingesta elevada, ya sea a través del uso descontrolado de la sal de mesa o del sodio oculto en alimentos y bebidas (como se mencionó anteriormente), no sólo favorece la hipertensión, sino que es la primera causa de enfermedades cardiovasculares, como infartos y accidentes cerebrovasculares (ACV).

Alimentos con alto contenido en sodio:

El contenido de sodio de los alimentos es muy variable y depende del alimento mismo, así como de su elaboración. Estos son algunos alimentos que contienen que altos niveles de sodio y que debemos tener precaución en el consumo:

  • Sal de mesa común
  • Caldos en cubos comunes
  • Salsa de soja
  • Anchoas en lata
  • Panceta
  • Chorizo colorado
  • Salame
  • Mostaza
  • Chizitos
  • Mortadela
  • Queso rallado
  • Jamón crudo
  • Papas fritas comerciales
  • Enlatados como atún y caballa
  • Enlatados como arveja, choclos, etc.

¿Cómo puedo reducir el consumo de sodio?

  • Reducir el uso de sal de mesa y el consumo de alimentos con alto contenido de sodio.
  • Cocinar sin sal, limitar el agregado en las comidas y evitar el salero en la mesa.
  • Utilizar condimentos de todo tipo para reemplazar la sal: pimienta, perejil, ají, pimentón, orégano, limón, etc.
  • Usar limón en carnes blancas ya que estimula las papilas gustativas resaltando el propio sabor a sodio de los alimentos.
  • Leer las etiquetas al momento de la compra. Los fiambres, embutidos y otros alimentos procesados (como caldos, sopas y conservas) contienen elevada cantidad de sodio. Tener en cuenta las siguientes leyendas: libre de sodio significa que posee menos de 5 mg de sodio por porción; muy bajo en sodio que tiene 35 mg o menos de sodio por porción; y bajo en sodio, 140 mg o menos de sodio por porción.

Es importante tomar conciencia y tener en cuenta que la reducción en el consumo de sodio en la alimentación puede incluirse para cualquier persona, no hace falta que se instale la hipertensión para que realicemos ese cambio de hábito; siempre hay que considerar que se trata de una enfermedad crónica de la cual tendremos que vivir de por vida con ella y controlarla como se debe. ¿Entonces, por qué esperar a que la enfermedad nos toque la puerta cuando podemos cuidarnos mientras estamos sanos?