DONALD TRUMP PROHÍBE HACER NEGOCIOS CON EMPRESAS EXTRANJERAS QUE PUEDAN DEDICARSE A ESPIAR

DONALD TRUMP PROHÍBE HACER NEGOCIOS CON EMPRESAS EXTRANJERAS QUE PUEDAN DEDICARSE A ESPIAR

Declaró una "emergencia nacional" para impedir que las compañías utilicen equipos de telecomunicaciones de compañías que puedan ser "riesgosas".

El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró este miércoles una emergencia nacional para prohibir a las compañías del país usar equipos de telecomunicaciones fabricados por empresas que puedan suponer "un riesgo para la seguridad nacional" porque supuestamente intentan espiar a Estados Unidos.

El decreto, que declaró una emergencia nacional en respuesta a la amenaza, no nombra países o compañías en específico. Pero parece dirigido al gigante de telecomunicaciones chino Huawei, el proveedor más grande del mundo de equipo de red utilizado por compañías telefónicas y de internet. Desde hace tiempo, esta empresa es vista como una fachada para el espionaje de los servicios militares y de seguridad de China, pero la compañía refuta las acusaciones.

El mandatario plasmó su decisión en una orden ejecutiva, que no se dirige contra ningún país en específico, pero se produce en plena tensión comercial entre Estados Unidos y China.

Específicamente, la iniciativa autoriza al Departamento de Comercio a bloquear los negocios relacionados con tecnologías desarrolladas por un "adversario extranjero" que puedan poner en peligro la seguridad de EE.UU. mediante el espionaje o el sabotaje de los servicios necesarios para el funcionamiento del país.

La orden ejecutiva no bloquea inmediatamente la compra del equipo de telecomunicaciones de ninguna compañía, pero da al secretario de Comercio, Wilbur Ross, 150 días para desarrollar un plan sobre cómo implementar la medida y establecer las prohibiciones, detallaron a la prensa a funcionarios estadounidenses.

En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, consideró que la decisión de Trump busca "proteger los servicios y tecnología de información y comunicación" de Estados Unidos.

"El presidente -afirmó- ha dejado claro que esta Administración hará lo que sea necesario para mantener a EE.UU. seguro y próspero, y para proteger a EE.UU. de los adversarios extranjeros que están explotando de manera activa y cada vez más las vulnerabilidades en la infraestructura y los servicios de tecnología de la información y las comunicaciones".

El texto agrega que "aunque mantener un clima de inversión abierto es importante para el crecimiento y la prosperidad de la economía de Estados Unidos, dicha apertura debe estar equilibrada con la necesidad de proteger a nuestro país contra esta amenaza".

En la práctica, la orden ejecutiva de Trump agudiza la batalla por el control de las redes 5G.

Washington lidera una campaña global para impedir que las compañías chinas, como Huawei, se hagan con el control de las redes 5G, que permiten navegar por internet con mucha más velocidad y podrían facilitar el desarrollo de vehículos autónomos y técnicas para hacer cirugía por control remoto.

Huawei ha conseguido situarse a la cabeza del desarrollo de la tecnología 5G, algo que EE.UU. ve con preocupación porque teme que China aproveche esos sistemas para el espionaje.

El gobierno de Trump ha intentado, con éxito limitado, persuadir a sus aliados de no utilizar equipo Huawei. El año pasado, Trump promulgó una ley que prohibía al gobierno estadounidense utilizar equipos de las compañías chinas Huawei y ZTE.

Estados Unidos también ha alertado sobre los intentos de Huawei de expandirse a Europa. A la Casa Blanca le preocupa que China pueda utilizar el equipo de Huawei para acceder a información privada y comercial que pueda poner en riesgo las operaciones de inteligencia de la OTAN y sus aliados.

Un funcionario estadounidense que solicitó el anonimato aseguró a la prensa que la orden ejecutiva no está relacionada con la escalada en la guerra comercial con China.

El pasado viernes, EE.UU. comenzó a aplicar una suba de arancelesdel 10% al 25% a importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares; a lo que China contestó este lunes con otro incremento del 10 al 25% en los impuestos a las importaciones estadounidenses, valoradas en 60.000 millones de dólares.