CAMBOYA: MURIÓ UNO DE LOS IDEÓLOGOS DEL SANGUINARIO RÉGIMEN COMUNISTA DE POL POT

CAMBOYA: MURIÓ UNO DE LOS IDEÓLOGOS DEL SANGUINARIO RÉGIMEN COMUNISTA DE POL POT

El exterminio de casi 2 millones de personas. Noun Chea tenía 93 años y estaba en la cárcel, donde cumplía la pena de cadena perpetua por genocidio.

El ideólogo del sanguinario régimen de los Jemeres Rojos (Khmer Rouge) de Camboya, Noun Chea, murió a los 93 años de edad en la cárcel, donde cumplía la pena de cadena perpetua por genocidio, cerrándose así el telón sobre uno de los últimos verdugos del Siglo XX.

Bajo su dirección, el régimen comunista de Pol Pot en la década de 1970 exterminó a 1,7 millones de personas, es decir una cuarta parte de la población camboyana, en nombre de una utopía loca que quería convertir al país asiático en un gran campo de trabajo donde solo los campesinos tenían derecho a sobrevivir. Y murió en una cama de hospital en la capital, Phnom Penh, sin pronunciar una sola palabra de disculpa.

A pesar de una cadena perpetua por genocidio Chea fue considerado entonces en el responsable de las políticas de exterminio y directamente involucrado en las purgas masivas. Condenado por genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad, cumplía cadena perpetua.

Nacido en 1926 de una rica familia china-jemer en el noroeste de Camboya, Nuon Chea estudió leyes en Bangkok y se unió al Partido Comunista de Tailandia en 1950. Más tarde se casó con la causa del levantamiento en Camboya, que estableció una dictadura en abril de 1975.

En ese momento se convirtió en el "Hermano número 2", mano derecha del líder Pol Pot al mando de los Jemer Rojos, un movimiento rural nacido como una costilla de las fuerzas populares de Vietnam del Norte. Para Camboya comenzó un período entre los más oscuros de la historia del siglo XX. Los Jemeres Rojos imaginaron el nacimiento de una sociedad marxista completamente agrícola, pero los éxitos fueron desastrosos: en cuatro año murieron cerca de 1,7 millones de personas, un cuarto de la población por hambre y enfermedades, a causa de la extrema pobreza por la economía, pero también por el trabajo agotador en los campos.

Nuon Chea se rindió a las autoridades camboyanas en 1998, en el marco de un acuerdo que puso fin a las actividades de los Jemeres Rojos.

Sin embargo, continuó viviendo en libertad durante casi diez años en la región de Pailin (noroeste), en una casa de madera con su esposa, cerca de la frontera con Tailandia.

En cuanto a Nuon Chea, concibió una verdadera máquina de la muerte con ejecuciones, torturas y purgas para los presuntos "intelectuales" (a menudo bastaba que llevaran los anteojos para definirlos así) que no tenían derecho a formar parte de la nueva Camboya. El "Hermano número 2" fue arrestado en 2007 junto a otros líderes del régimen sobreviviente.

Y fue hallado culpable de crímenes contra la humanidad, y posteriormente por genocidio, por los tribunales de la ONU. Tras las rejas, el viejo y destartalado líder se defendió afirmando que el régimen no era responsable de ninguna atrocidad. Y que en las fosas comunes encontradas tras la caída de los Jemeres Rojos, en 1979, estaban los cuerpos de las personas muertas por los vietnamitas, un tiempo sus aliados.

Por lo tanto, había invitado a las "nuevas generaciones a no entender mal la historia, porque no éramos malos ni criminales". Desliz que en un pluripremiado documental de 2009 "Enemies of the People", del periodista camboyano Thet Sambath (quien perdió a sus familiares bajo el régimen), Noun Chea había mostrado sus verdadera cara: sentado en una mesa en su modesta casa de madera, fue inmortalizado mientras explicaba con calma al director que los Jameres Rojos habían matado a los traidores si no podían ser "reeducados" o "corregidos".

"Si los habíamos dejado vivir, la línea del partido se habría desviado. Eran enemigos del pueblo", fue su justificación. En los últimos años de su vida, entre otras cosas, Nuon Chea se convirtió al budismo: casi una burla para un hombre a los vértices de un régimen que había abolido la religión y transformado los monasterios budistas en lugares para las torturas y las ejecuciones.